El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 17 de octubre de 2015

Elogio de Frei Betto

Fernando Martínez Heredia

Nuestra Universidad se honra hoy, al honrar a Frei Betto. Y yo agradezco de corazón a mi antigua casa de estudios que me pidiera hacer el elogio de quien recibirá esta tarde el grado de Doctor Honoris Causa.
Conocí a Frei Betto una noche de enero de 1980, en un encuentro sandinista de educación popular, en una montaña cerca de Managua. Hablamos mucho y nació entre nosotros la amistad, y en mí la admiración. La mañana siguiente, durante el magro desayuno, me dijo al oído: “Yo creo en ti”. Nuestra amistad se convirtió en hermandad, y ha sido así hasta hoy.
Quiero que sea una voz mucho más alta que la mía, la del Comandante Fidel, la que comience este elogio. La tomé de un prólogo que le hizo a un libro de Betto, hace dos años, en la que comienza explicando que lo conoció en Nicaragua el 19 de julio de 1980:
“…en aquella conmemoración tuve el honor de conocer a Frei Betto, jubiloso y feliz con aquella revolución… Desde entonces pude percibir que se trataba de una persona de vasta cultura, amplios conocimientos y profundas convicciones. Motivado desde muy joven por la fe religiosa, transitó por la vía revolucionaria, debido a lo cual fue preso dos veces. La primera, antes de cumplir veinte años, la segunda, de 1969 a 1973.
Vivió en favelas y compartió su vida con los más pobres. Se consagró a la concientización y movilización popular, y reafirmó su contacto con el pueblo en la causa que abrazó para toda la vida.
Frei Betto tiene un alto concepto de la lealtad y de la amistad. Ha defendido a Cuba y a la Revolución con vehemencia, sin dejar de tener puntos discrepantes o diferentes de los nuestros, que fueron analizados y discutidos de modo constructivo entre revolucionarios y verdaderos amigos, como se comprueba en nuestro libro Fidel y la religión.”
Hemos escuchado la Resolución Rectoral que fundamenta de modo muy cumplido y detallado el otorgamiento de este título, y me releva de repetir hechos y cualidades de Betto que en ella aparecen. Soy entonces más libre para añadir a lo dicho algunos comentarios en esta breve exposición.
Betto tiene todas las condiciones necesarias para recibir un título como este de la Universidad de la Habana, porque se parece a ella. Nuestra universidad tiene varias caras: la de la exigencia y el rigor académicos, el estudio tenaz y metódico que no teme preguntar, dudar y discutir, y la excelencia de carreras reconocidas por el mundo. Es, al mismo tiempo, la casa en la que alumnos de varias generaciones aprendieron, junto a las profesiones, el civismo y la rebeldía, la madre de la grandeza irreverente de Julio Antonio Mella, el fundador, y la trinchera del gran dirigente estudiantil y líder revolucionario José Antonio Echevarría, que horas antes de caer peleando a pocos metros de aquí escribió: “que la pureza de nuestra intención nos traiga el favor de Dios para lograr el imperio de la justicia en nuestra patria”. Es la universidad de la Brigada de muchachas y muchachos sonrientes y armados que subieron con Fidel el pico Turquino en enero de 1960 y es el baluarte de ciencia y conciencia, de ideas y determinación patriótica y socialista que necesitamos tanto hoy. (3 069)
Betto ha publicado tanto desde Cartas de prisión en 1974 hasta hoy, que quien no escuche su biografía creería que se ha pasado toda la vida escribiendo. Ha hecho de la palabra escrita un arma que multiplica la comunicación entre los seres humanos que queremos una humanidad liberada, donde nadie sufra hambre y todos tengan futuro y vivan de su trabajo y sus goces, un cielo nuevo y una tierra nueva. La obra de Betto reúne magistralmente la concientización del lector, al invitarlo a no quedar pasivo y pensar y hablar él mismo, con la exposición de los hechos más relevantes que es necesario manejar y el sentido y las funciones de lo que se oculta o se trivializa mediante el mar de confusiones e idiotización que difunde la corriente dominante de información y formación de opinión. Frei Betto expone las tesis más profundas y las metas y consignas más radicales y urgentes con una claridad y unos atractivos formales ejemplares, juntando al fin a la belleza con la militancia.
El libro Fidel y la religión es un hito de la cultura revolucionaria del siglo XX. Para la revolución latinoamericana y la propuesta socialista, al mismo tiempo, porque derribó obstáculos de prejuicios, incomprensión, dogmas y desconfianzas que dividen o separan a los que han de luchar juntos. Para los activistas cristianos que dedicaban todos sus afanes y corrían todos los riesgos por una Iglesia como pueblo de Dios, comunidades eclesiales de base, acompañamiento de los pueblos que resisten o luchan y teología de la liberación,Fidel y la religión esparció luz, borró contradicciones y ayudó en la tarea concientizadora. El mayor líder, desde el único país socialista del continente, potenciaba su actitud creativa respecto a la ideología revolucionaria y la fe religiosa, mediante una conversación de ideas con un cristiano latinoamericano intelectual, combatiente y teólogo. En una coyuntura regional y mundial cada vez más adversa, Fidel y Betto presentaban una pieza maestra de renovación del campo popular, destacando a través de la palabra al alcance de todos que la vida altruista, que se da al hermano y a la causa de la mayoría oprimida, es incomparablemente superior a la vida mezquina del hombre que es lobo del hombre y esclavo del dinero, y se pliega o ayuda al sistema de opresión capitalista.
Los cubanos y cubanas conocieron también el decurso humano y la dimensión personal del héroe y dirigente excepcional, y así entendieron más su grandeza. Fortaleció también a los que no tenemos creencias religiosas y como marxistas revolucionarios rechazábamos el ateísmo. Leer aquel libro fue una fiebre nacional, pero su impacto internacional no fue menor. En 1995 ya tenía ediciones en veintiocho países, y ha seguido publicándose hasta hoy.
Entre tantos ensayos y frutos de investigación tan importantes que ha publicado Frei Betto, quiero al menos mencionar La mosca azul. Reflexiones sobre el poder, una joya de ciencia política, un libro profundo y punzante; es uno de los suyos que tiene edición cubana. Betto es también un contumaz autor de ficción, con personajes como niños de favela, Jesús de Nazareth o la familia Arienim, de su patria chica, protagonista de Minas de Oro, que es sin dudas una gran novela. Indagación científica y filosófica, textos para niños y jóvenes, y hasta un libro delicioso de recetas de cocina, completan su bibliografía.
Condenado a escribir, no es sin embargo la de autor de libros la cualidad mayor de Betto. Los más humildes y los obreros de Brasil lo proclamaron doctor suyo desde hace muchos años, porque puso su intelecto y su actuación junto a quienes enfrentaron mediante luchas cívicas a la prolongada dictadura y ha defendido hasta hoy los derechos del pueblo brasileño. Ha sido educador popular de campesinos y de gente de abajo en Nicaragua y en otros lugares del ancho continente nuestro, y un factor de primera importancia para que existieran y se desarrollaran las ideas y el movimiento de educación popular en Cuba. En todo tiempo, malo, bueno, peor o promisorio, Betto ha sido un extraordinario expositor y defensor del socialismo como el tipo de sociedad que se merecen y que deben conquistar los seres humanos, como la única posibilidad de salvar a la especie y al planeta, de convertir a la utopía en un más allá factible y que la tierra llegue a ser el paraíso de la humanidad.
Por eso es natural que Frei Betto sea el autor de innumerables textos breves que lee un sinnúmero de personas a lo largo y ancho del mundo. Profundos y convincentes, en prosa clara y hermosa, proveen datos, ideas, preguntas, sugerencias, orientaciones y esperanzas. En el páramo siniestro del ningún pensamiento al que pretende reducirnos el capitalismo, estos escritos son un precioso alimento para seguir caminando, resistiendo y combatiendo. Desde ese servicio que presta y desde el prestigio que tiene, Betto puede ofrecerle consejos como estos al militante de izquierda:
“No se puede ser de izquierda sin “ensuciar” los zapatos allá donde el pueblo vive, lucha, sufre. Alégrate y comparte sus creencias y victorias.
Teoría sin práctica es hacerle el juego a la derecha.”
“El verdadero militante, como Jesús, Gandhi, el Che Guevara, es un servidor, dispuesto a dar la propia vida para que otros tengan vida. No se siente humillado por no estar en el poder, ni orgulloso al estar. Él no se confunde con la función que ocupa.”
Escribiendo en su minúscula celda en el convento de la Rua Atibaia o en incansables viajes por el mundo, está siempre Frei Betto en función de servicio. En encuentros populares o en eventos más o menos solemnes trae su oratoria singular con voz apasionada y tranquila, encantadora de todos, que le da gusto al oyente al par que trata de hacerlo mejor persona. Me recuerda a otro fraile dominico, Bartolomé de las Casas, el que en 1514 en Sancti Spiritus dejó de ser encomendero y se convirtió, y siguió para siempre a Jesús entregándose a los explotados y humillados, los más pequeños; me recuerda a aquel fraile que comprendió que la oratoria es superior cuando por la boca habla el corazón.
Gracias, Frei Betto, por dar tanto, y por todo lo que seguirás dando. Y qué bien que a partir de hoy podamos llamarte, además de hermano y compañero, doctor honoris causa.

El milagro de Rancho Grande

Durante más de ocho años los nicaraguenses hemos sido sometidos a un bombardeo sistemático a través de los medios de comunicación oficiales y el modelo de intercambio de servicios públicos condicionado a lealtades políticas, según los cuales todo lo bueno que ocurre en el país es el resultado de la gracia del “comandante Ortega y la compañera Rosario”. Usando la fuerza y la cooptación, el régimen orteguista ha intentado construir el monopolio de la intermediación política hacia la población, especialmente con los más pobres, apuntalado en el desvío y la ilegal apropiación de la millonaria cooperación estatal venezolana.
La comunidad de Rancho Grande ha hecho el milagro en estos días de exhibir la fragilidad del monólogo oficial, exponiendo los pies de barro en que se sostienen los ídolos monumentales del Orteguismo. Miles de personas en este municipio, en su mayoría campesinos, le han demostrado al país que los cambios sociales en realidad radican única y exclusivamente en el poder de la gente y en su capacidad de organización y movilización que pueden lograr, incluso, que un gobierno autoritario rectifique un acto considerado ya como un hecho consumado.
La sorpresiva denegación de un permiso de explotación minera en Rancho Grande, solo se explica por la persistencia de este movimiento campesino autoconvocado, que ha logrado poner en primer plano de la agenda nacional la necesidad de debatir a fondo el tema de la minería a cielo abierto. Pero sobre todo está reinvindicando el derecho a la participación ciudadana y la consulta popular, derechos constitucionales conculcados por el régimen que ahora empiezan a ser restituidos por la gente en un acto de soberanía popular.
Esta irrupción de los ciudadanos demandando participación y ser tomados en cuenta en las decisiones gubernamentales, cuestiona también el modelo imperante del corporativismo autoritario que invoca un “consenso” basado en la relación exclusiva de los grandes grupos empresariales y el gobierno, excluyendo a amplios sectores de la población. La protesta de Rancho Grande y el sorpresivo viraje gubernamental, revela que la discrecionalidad presidencial nunca podrá sustituir una auténtica institucionalidad democrática para desarrollar un esquema de negocios sostenible. Porque, además, cuando se trata del cálculo político los compromisos adquiridos por el gobernante resultan prescindibles, y el comandante Ortega está demostrando que a pesar de su aparente fortaleza, sí está legítimamente preocupado por las elecciones presidenciales y legislativas del 2016.
Como bien han explicado los analistas del Centro Humboldt que monitorean el proyecto de Rancho Grande desde sus inicios, la súbita preocupación ambientalista del gobierno a través de Marena no ha hecho más que retomar las objeciones y preocupaciones de la población, que antes habían sido expuestas y documentadas en informes y hasta en un recurso de amparo, que fueron ignorados por el gobierno. Enhorabuena, si de verdad Marena tiene el compromiso de hacer cumplir las leyes ambientales, pues ahora tiene la oportunidad de demostrarlo en el caso de la onerosa concesión del canal interoceánico.
Rancho Grande enseña también que la protesta pacífica, cuando tiene arraigo popular, puede vencer al paramilitarismo, las amenazas de violencia y las contramarchas oficiales. Pero nadie debe hacerse falsas ilusiones. El milagro de Rancho Grande no cayó del cielo, aunque contó con el apoyo decidido del obispo de Matagalpa que le dio una proyección nacional. La movilización no fue el producto de un acto espontáneo o de la inspiración divina de líderes mesiánicos, sino más bien la cosecha de un movimiento campesino que tiene casi una década de gestación. Bien harían los líderes políticos y sobre todo los jóvenes que aspiran a promover una agenda de cambio, en conocer y aprender de esta experiencia, para fijar sus metas a largo plazo.
El milagro de Rancho Grande ha sido redescubrir el poder de la gente.

El intelectual de la clase obrera




El legado de Onofre Guevara López fue reconocido este jueves por la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN), que lo nombró miembro honorario del grupo de intelectuales, por su destacado trabajo de periodista, escritor e historiador del movimiento obrero en Nicaragua.

La ceremonia contó con la presencia de los miembros de la AGHN: Jaime Incer Barquero, presidente, Aldo Díaz Lacayo, vicepresidente, Jorge Eduardo Arellano, secretario y Roberto Sánchez Ramírez, primer vocal. Además del rector de American College, Mauricio Herdocia.

La pluma de Onofre Guevara López ha quedado plasmada en siete obras impresas y miles de artículos publicados en medios escritos: Orientación Popular, Figura, Barricada, El Semanario, El Nuevo Diario, y actualmente en Confidencial.

A lo largo de su labor periodística de más de cincuenta años, Guevara López incursionó también brevemente en radio y televisión.

Guevara López se destacó como legislador, impulsando la concepción y redacción de la Constitución vigente, la segunda de mayor duración desde 1858, según el historiador Jorge Eduardo Arellano.

“En todas esas páginas de su obra, Onofre se presenta con su definida conciencia de clases y temprana maduración política, dentro del activismo sindical y el activismo partidario”, dijo Arellano.

El historiador señaló que Guevara López ha sido un ciudadano fuera de lo común, “un autodidacta, que de la zapatería se trasformó en ideólogo y militante disciplinado del Partido Socialista Nicaragüense, un historiador alternativo y consagrado comunicador”.

El doctor Jaime Incer Barquero dijo que Guevara López tiene una trayectoria ejemplar, que incluye su labor con los movimientos sociales del país. “Él ha sido el intelectual más sobresaliente de la clase obrera de Nicaragua, un hombre ejemplar”, agregó.

El doctor Aldo Díaz Lacayo dijo que este homenaje es merecido y sentido. “Merecido porque la academia decidió reconocer la vida de un hombre con ímpetu, consecuente, vertical. Y no estamos hablando de una vida corta, sino de una larga y productiva vida”, comentó.

Señaló que además es creador de importantes obras de movimientos obreros en Nicaragua.

Para Díaz Lacayo el reconocimiento marca un hito en los 81 años de existencia de la academia, ya que por primera vez se reconoce la historia marcada por las luchas sociales.

“Onofre tuvo la virtud de trasladar la lucha obrera al ámbito nacional. Nunca me perdí una columna de él en El Nuevo Diario. Siempre disfruté su contenido ideológico, su consecuencia, su actitud inquebrantable y conservada verticalidad hasta hoy, a sus 85 años”, sostuvo.

El historiador Roberto Sánchez brindó en nombre de Guevara López, a quien calificó como consecuente con sus ideas y equilibrado entre lo que escribe, dice y hace. “Un padre que miró caer a sus hijos en la lucha sandinista por la liberación de Nicaragua. Mi respeto a Onofre, que nunca pasó factura por la sangre derramada en busca de prebendas y bienes materiales”, agregó.

Guevara López dijo que este homenaje es el más importante que ha recibido. “Me producen sentimientos encontrados: por un lado me apenan, porque lo que he logrado hacer, ha sido para satisfacer una necesidad social”, sostuvo.

El homenajeado pidió que la AGHN reconociera y corrigiera hechos históricos de los movimientos obreros. Guevara López leyó un ensayo nombrado “Resumen de un proceso social marginado”, que rescata el origen del movimiento obrero y su conexión en el proceso de formación del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

El columnista de Confidencial explicó que las grandes conquistas que logró el movimiento obrero fueron el establecimiento del Código del Trabajo y la seguridad social laboral.

miércoles, 14 de octubre de 2015

INVITACIÓN


Cuba amnistía a los médicos desertores




EE UU y Cuba negocian desde hace meses la solución de un conflicto que lastra la normalización de las relaciones bilaterales: el programa concebido para estimular la deserción de los médicos cubanos destinados en terceros países, aprobado por la Administración Bush en 2006, el Cuban Medical Professional Parole Program. Tratando de llegar a un acuerdo, Barack Obama está ralentizando las facilidades concedidas a los desertores en el programa concebido por el Partido Republicano, mientras el Gobierno de Raúl Castro, en un cambio radical, autorizará el regreso, sin represalias y con empleo garantizado, del personal médico que abandonó la isla para establecerse en el extranjero.



Hasta ahora los desertores tenían prohibido volver a Cuba en un período de hasta siete años y se les inhabilitaba profesionalmente al anulárseles el título de médico. Varios cientos de técnicos de la salud que abandonaron sus trabajos en Brasil, Venezuela o Bolivia, esperan en Colombia, el visado de entrada en EE UU.

Se calcula que miles de médicos, enfermeros y otros sanitarios destinados en países del tercer mundo optaron por acogerse a los beneficios prometidos por EE UU para arrebatar a Cuba uno de sus principales tesoros: los profesionales de la salud. Hay 400.000 en un país de 11,5 millones de habitantes, de los que 50.000 trabajan en 68 países en virtud de acuerdos intergubernamentales.

El país caribeño cuenta con más de 85.000 médicos, uno por cada 130 personas, en lo que constituye uno de los mejores indicadores del mundo. Restando los 25.000 que cumplen misión en el extranjero, mayoritariamente en Venezuela, serían 5,4 médicos por cada 1.000 habitantes. La exportación de servicios técnicos y profesionales es su principal fuente de ingresos, cerca de 7.000 millones de euros anuales.
Una sanidad ejemplar

Pese al deterioro del sistema desde principios de los noventa, la sanidad cubana sigue a años luz de la sanidad pública latinoamericana. No obstante, el exiguo salario de sus profesionales animó a muchos a sumarse a los contingentes que trabajan en el extranjero, donde ingresan en torno a mil dólares mensuales, según los países, contra los aproximadamente 60 dólares (53 euros) de salario en la isla, una cantidad que varía en función de responsabilidades y guardias.

La relación de asuntos por resolver entre los dos países enfrentados durante más de medio siglo es larga. EE UU planteó sus exigencias y Cuba las suyas, entre ellas que terminaran las iniciativas aprobadas durante la presidencia de George W. Bush para fomentar la fuga de profesionales y el descontento social en la isla. Fuentes oficiales cubanas anunciaron que todos los profesionales de la salud que se fueron podrán volver con su empleo garantizado. Y se facilitará su integración internacional, ayudándoles en el acceso a la información especializada y literatura médica de actualidad en las distintas especialidades, becas en el extranjero, participación en congresos y un cambio en el formato de las misiones en el extranjero, ampliando aquellas de duración más corta.

lunes, 12 de octubre de 2015

POEMAS Y HOMENAJE


Un fraterno homenaje es el que ofrecerá Luis Rocha, en memoria del Dr. Rodolfo Sandino Arguello, leyendo poemas de sus cuatro más recientes libros, en una selección especialmente hecha por el autor para el público granadino, que será presentada por el poeta y Secretario de la Fundación “Casa de los Tres Mundos”, Fernando López Gutiérrez. Habrá convivio y venta de libros a menos de su costo.

Día: jueves 15 de octubre.
Hora: 6:30 p.m.
Lugar: Casa de los Tres Mundos (Casa de los Leones). Granada.
Entrada: Gratuita.

domingo, 4 de octubre de 2015

PADRE DE LA CONSTITUCIÓN QUE ESPERA

No cabe duda que Carlos Núñez Téllez (21 de julio de 1951-2 de octubre de 1990), el más joven de los Comandantes de la Revolución, llevó su tesón de revolucionario y su experiencia como Presidente del Consejo de Estado, a su merecido pero agotador cargo de Presidente de la Asamblea Nacional y Presidente de la Comisión Especial Constitucional. Murió prematuramente a sus tan solo 39 años de edad, y su invaluable herencia es el de la perseverancia para poder legar a su pueblo, una Constitución para todos y no tan solo para algunos. Esa fue también la intención de quienes lo acompañamos y trabajamos en que aquella Constitución, fuera una barrera a los vicios del pasado, tales como la reelección.
Pero aquella Constitución quedó huérfana cuando le surgió un padrastro –nuevo padre y neófita madre- quien junto con sus vasallos pensó que aquella era “La Pepa”, tan es así que la actual, después de tantas reformas y violaciones, en cuanto al imaginario colectivo español del 19 de marzo de 1812, día de los Pepes y por lo tanto de la Pepa, bien podría hacer exclamar a reformistas y violadores, ¡Viva la Pepa! Pues viven en una sola Pepa Constitucional, mientras  “La Huérfana” se va quedando cada vez más hecha girones: Ruinas de una Itálica famosa, que costó noches y días de amor y de guerra, a Carlos Núñez y a quienes emulados por su empeño, estuvimos con él, hasta hoy sin arrepentimiento alguno.
El 21 de diciembre de 1988, recibí de Carlos Núñez una carta, que considero dirigida a cuantos participamos en aquella digna empresa, y jamás la traicionamos: ”En este año de intenso quehacer legislativo, los Representantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional ante la Asamblea Nacional hemos puesto nuestro empeño para responder a nuestro pueblo, merecedor de las más dignas conquistas…Quiero resaltar su participación en la labor desempeñada en nuestro parlamento, donde por su entrega, cumplimiento, asistencia y colaboración con los demás compañeros, se ha hecho merecedor de ser uno de los Representantes destacados durante este año…”
Cito lo anterior, porque considero que me da el derecho de decir, con propiedad y orgullo, lo que estoy diciendo, y por ello concuerdo con Onofre Guevara cuando en “NICARAGUA, Mi lectura de su historia contemporánea”, escribe con respecto a las reformas de 1995: “Con estas reformas se cambió sustancialmente la Constitución de 1987, aunque en lo general sigue vigente, y aún esperaba las reformas conforme el pacto Daniel Ortega-Arnoldo Alemán del 2000, con las que lesionarían importantes derechos políticos. Prácticamente, la de 1987 es otra Constitución con el Prólogo original, y su aún no la han derogado, ha sido porque no han encontrado las condiciones políticas apropiadas para derogarla.”
Pero pronto las encontrarán, pues la Pepa chicha superará  las chirigotas de la gaditana. Mientras velamos, o llega la hora del velo oficial de la Constitución de 1987, de su Preámbulo tendrán que desaparecer José Dolores Estrada, Andrés Castro, Enmanuel Mongalo, Benjamín Zeledón, Augusto C. Sandino, Rigoberto López Pérez y Carlos Fonseca. ¿Qué van a hacer ahí, si los sustancial ha sido derogado de hecho? Hoy otros son los héroes, que abren el camino al héroe único. Una Pepa chicha, con una reelección interminable, no impedirá saber que hace mucho tiempo tuvimos una Constitución –producto de sudor y sangre-, y que ciertamente aquella Constitución tuvo en Carlos Núñez Téllez, un padre. A él “le correspondió la dirección del proceso” de su elaboración. Aquella gesta no puede ser en vano. La de su hija y nuestra, es una Constitución que espera.

LUIS ROCHA



25/10/15

Carta de despedida de José Humberto Baena, uno de los últimos fusilados por el régimen franquista

POR  

Papá, mamá:
Me ejecutarán mañana de mañana.
Quiero daros ánimos. Pensad que yo muero pero que la vida sigue.
Recuerdo que en tu última visita, papá, me habías dicho que fuese valiente, como un buen gallego. Lo he sido, te lo aseguro. Cuando me fusilen mañana pediré que no me tapen los ojos, para ver la muerte de frente.
Siento tener que dejaros. Lo siento por vosotros que sois viejos y sé que me queréis mucho, como yo os quiero. No por mí. Pero tenéis que consolaros pensando que tenéis muchos hijos, que todo el pueblo es vuestro hijo, al menos yo así os lo pido.
¿Recordáis lo que dije en el juicio? Que mi muerte sea la última que dicte un tribunal militar. Ese era mi deseo. Pero tengo la seguridad de que habrá muchos más. ¡Mala suerte!
¡Cuánto siento morir sin poder daros ni siquiera mi último abrazo! Pero no os preocupéis, cada vez que abracéis a Fernando, el niño de Mary, o a Manolo haceros a la idea de que yo continúo en ellos.
Además, yo estaré siempre con vosotros, os lo aseguro.
Una semana más y cumpliría 25 años. Muero joven pero estoy contento y convencido.
Haced todo lo posible para llevarme a Vigo.
Como los nichos de la familia están ocupados, enterradme, si podéis, en el cementerio civil, al lado de la tumba de Ricardo Mella.
Nada más. Un abrazo muy fuerte, el último.
Adiós papá, adiós mamá.
Vuestro hijo:
José Humberto

Discurso del presidente Obama ante la 67 ª sesión de la Asamblea General de la ONU

A continuación una traducción del discurso pronunciado por el presidente Obama ante la 67 ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas:

La Casa Blanca
Oficina del secretario de Prensa
25 de septiembre de 2012

DISCURSO DEL PRESIDENTE
ANTE ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS

Sede de las Naciones Unidas
Nueva York, Nueva York

10:22 de la mañana
EL PRESIDENTE: Señor presidente, señor secretario general, colegas delegados, damas y caballeros. Me gustaría comenzar hoy hablándoles acerca de un estadounidense llamado Chris Stevens.
Chris nació en Grass Valley, un pueblo de California, hijo de un abogado y de una música. De joven Chris se integró al Cuerpo de Paz y enseñó inglés en Marruecos. Llegó a amar y respetar a los pueblos del norte de África y Oriente Medio, y cumplió con ese compromiso durante toda su vida. En sus cargos como diplomático trabajó desde Egipto a Siria, de Arabia Saudita a Libia. Era conocido porque caminaba por las calles de la ciudad donde trabajaba, probando la comida local, hablando con cuánta gente podía, conversando en árabe y escuchando con una sonrisa de oreja a oreja.
Chris viajó a Bengasi en los primeros días de la revolución de Libia, llegando allí en un buque de carga. Como representante de Estados Unidos ayudó al pueblo libio a encarar un conflicto violento, atendió a los heridos y elaboró una visión de futuro en la que los derechos de todos los libios se respetasen. Después de la revolución, apoyó el nacimiento de una nueva democracia, cuando los libios celebraron elecciones y establecieron nuevas instituciones, y comenzaron a avanzar hacia el futuro tras décadas de dictadura.
Chris Stevens amaba su trabajo. Se sentía orgulloso del país al que servía y podía ver la dignidad en la gente que conoció. Hace dos semanas viajó a Bengasi para examinar los planes para establecer un nuevo centro cultural y modernizar un hospital. Ese fue el momento en que la legación estadounidense fue atacada. Junto con tres de sus colegas Chris fue asesinado en la ciudad que ayudó a salvar. Tenía 52 años.
Les cuento este relato porque Chris Stevens representaba lo mejor de Estados Unidos. Al igual que sus colegas del Servicio Exterior, tendía puentes entre océanos y culturas, y estaba profundamente involucrado con la cooperación internacional que practica las Naciones Unidas. Actuó con humildad, pero también defendió firmemente una serie de principios, la convicción de que las personas han de ser libres para determinar su propio destino, y vivir con libertad, dignidad, justicia y oportunidad.
Los ataques contra los civiles en Bengasi fueron ataques contra Estados Unidos. Estamos agradecidos por la ayuda que recibimos del gobierno libio y el pueblo libio. No debe quedar duda alguna de que seremos implacables en nuestra búsqueda de los asesinos y en exigir que rindan cuentas ante la justicia. También agradezco el hecho de que, en días recientes, los líderes de otros países de la región, entre ellos Egipto, Túnez y Yemen, hayan tomado medidas para proteger nuestras instalaciones diplomáticas, al hacer un llamado en favor de la calma. Y así lo han hecho también autoridades religiosas de todo el mundo.
Pero han de entender que los ataques de las últimas dos semanas no son simplemente un ataque contra Estados Unidos. Son también son un ataque contra los mismísimos ideales sobre los que se fundó Naciones Unidas: la idea de que los pueblos pueden resolver sus diferencias de manera pacífica, de que la diplomacia puede ocupar el lugar de la guerra, y de que en un mundo interdependiente, a todos nos interesa trabajar a favor de mayores oportunidades y seguridad para nuestros ciudadanos.
Si somos serios en la defensa de estos ideales, no es suficiente con poner más guardias ante las embajadas o con publicar declaraciones de lamento y esperar a que el odio pase. Si somos serios en la defensa de estos ideales, tenemos que hablar claramente sobre las causas profundas de la crisis, porque nos enfrentamos a una elección entre las fuerzas que nos dividen y las esperanzas que tenemos en común.
Hoy debemos reiterar que nuestro futuro será determinado por gente como Chris Stevens y no por sus asesinos. Hoy debemos declarar que esta violencia e intolerancia no tiene lugar en nuestras Naciones Unidas.
Han pasado menos de dos años desde que un vendedor en Túnez se inmolara en protesta contra la opresiva corrupción en su país, lo que desató lo que vino en llamarse la Primavera Árabe. Desde entonces, el mundo ha estado cautivado por la transformación que ha tenido lugar, y Estados Unidos ha apoyado las fuerzas del cambio.
Nos inspiraron las protestas tunecinas que derrocaron a un dictador, porque distinguimos nuestras propias convicciones en las aspiraciones de los hombres y mujeres que salieron a las calles.
Insistimos con el cambio en Egipto, porque nuestro apoyo a la democracia no puso en última instancia del lado del pueblo.
Hemos apoyado la transición del liderazgo en Yemen, porque los intereses de ese pueblo no estaban siendo atendidos por el statu quo corrupto.
Intervinimos en Libia junto a una amplia coalición y con el mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, porque teníamos la capacidad de frenar la matanza de inocentes y porque consideramos que las aspiraciones de un pueblo eran más poderosas que las de un tirano.
Y estando hoy aquí reunidos declaramos nuevamente que el régimen de Bashar al Assad debe llegar a su fin, para que se acabe el sufrimiento del pueblo sirio y comience un nuevo amanecer.
Hemos tomado estas posturas porque creemos que la libertad y la autodeterminación no son únicas en nuestra cultura. No se trata simplemente de valores estadounidenses o valores occidentales, sino de valores universales. Y a pesar de que habrá enormes desafíos con la transición a la democracia, estoy convencido de que al final el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo tiene más posibilidades de lograr la estabilidad, la prosperidad y la oportunidad individual, que son los cimientos de la paz en el mundo.
Recordemos que esta es una época de progresos. Por primera vez en décadas, tunecinos, egipcios y libios votaron para tener nuevos líderes en elecciones que fueron creíbles, competidas y justas. Este espíritu democrático no se ha limitado al mundo árabe. En el último año, hemos visto transiciones pacíficas del poder en Malawi y Senegal, y un nuevo presidente en Somalia. En Birmania un presidente ha excarcelado a los presos políticos y ha abierto una sociedad cerrada, una valiente disidente ha sido elegida al Parlamento y el pueblo aguarda más reformas. En todo el mundo los pueblos están haciendo escuchar su voz, insistiendo en favor de su dignidad innata y por el derecho de determinar su futuro.
A pesar de ello, los disturbios de las últimas semanas nos recuerdan que el camino a la democracia no concluye con la emisión del voto. Nelson Mandela dijo una vez que “ser libre no es solamente librarse de las cadenas, sino vivir de una manera que respete y mejore la libertad de los demás”. (Aplausos.)
La verdadera democracia exige que al ciudadano no se le pueda encerrar en la cárcel por sus creencias y que se pueda abrir un negocio sin tener que pagar una coima. Depende de la libertad de los ciudadanos para decir lo que piensan y reunirse sin temor, y depende del estado de derecho y los debidos procedimientos legales que garanticen los derechos de todas las personas.
Dicho de otra manera, la verdadera democracia, la verdadera libertad, es una tarea difícil. Quienes están en el poder tienen que resistir la tentación de tomar medidas contra los disidentes. En tiempos de dificultad económica los países pueden estar tentados de aunar a la gente en torno a enemigos percibidos, en el país o en el extranjero, en lugar de enfocarse en la dolorosa tarea de las reformas.
Es más, siempre habrá quienes rechacen el progreso humano: dictadores que se aferran al poder, intereses corruptos que dependen del statu quo y extremistas que atizan las llamas del odio y la división. Desde Irlanda del Norte hasta el sur del Asia, desde África hasta las Américas, desde los Balcanes hasta la cuenca del Pacífico, hemos sido testigos de las convulsiones que acompañan a las transiciones hacia un nuevo orden político.
A veces los conflictos emanan de las fallidas divisiones de raza o tribu; y con frecuencia surgen a partir de las dificultades en reconciliar la tradición y la fe con la diversidad e interdependencia en el mundo moderno. En cada país hay quienes consideran como una amenaza a las diferentes creencias religiosas; en cada cultura los que quieren la libertad para sí mismos tienen que preguntarse hasta qué punto están dispuestos a tolerar la libertad de otros.
Eso es lo que hemos vimos durante las dos últimas semanas, cuando un crudo y desagradable vídeo provocó el ultraje en el mundo musulmán. Ahora bien, he dejado bien sentado que el gobierno de Estados Unidos no tuvo nada que ver con ese video y creo que su mensaje ha de ser rechazado por todos los que respetan nuestra común humanidad. Es un insulto no solo a los musulmanes, sino también a Estados Unidos, porque como bien muestra la ciudad que está más allá de estas paredes somos un país que ha recibido bien a gente de todas las razas y credos. Aquí viven musulmanes que practican su religión en todo el país. No solo respetamos la libertad de religión, sino que también tenemos leyes que protegen a las personas de ser lastimadas por el aspecto que tienen o por sus convicciones. Comprendemos por qué la gente se ofendió con este vídeo, puesto que millones de nuestros ciudadanos se encuentran entre ellos.
Sé que hay quienes se preguntan por qué no prohibimos un vídeo como ese. La respuesta está consagrada en nuestras leyes: nuestra Constitución protege el derecho a la libre expresión.
Aquí en Estados Unidos hay innumerables publicaciones que son ofensivas. Como yo, la mayoría de los estadounidenses son cristianos, pero no por ello prohibimos la blasfemia contra nuestras creencias más sagradas. Como presidente de nuestro país y comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas acepto que la gente me pueda decir cosas horribles todos los días ―risas― y siempre defenderé su derecho a hacerlo. (Aplausos.)
Los estadounidenses han combatido y muerto en todo el mundo para proteger el derecho de los pueblos a expresar sus opiniones, incluso opiniones con las cuales estamos en profundo desacuerdo. Lo hacemos no porque apoyemos el discurso de odio, sino porque nuestros Fundadores entendieron que, sin esas protecciones, la capacidad de cada individuo para expresar sus propias opiniones y de practicar su propia fe, se vería amenazada. Lo hacemos porque en una sociedad pluralista la restricción de la expresión pueden convertirse rápidamente en una herramienta para hacer callar a los detractores y oprimir a las minorías.
Lo hacemos porque, dada la fuerza de la fe en nuestras vidas y la pasión que las diferencias religiosas pueden inflamar, el arma más poderosa contra el discurso de odio no es la represión, sino aún más expresión de las voces de la tolerancia que se juntan contra la intolerancia y la blasfemia, y que elevan los valores de la comprensión y el respeto mutuo.
Ahora bien, entiendo que no todos los países de este organismo comparten esta particular interpretación sobre la protección de la libre expresión. Lo reconocemos. Pero en el 2012, cuando cualquier persona con un teléfono celular puede difundir opiniones ofensivas por todo el mundo con solo apretar un botón, la idea de que podemos controlar el flujo de la información es obsoleta. Entonces, la cuestión es ¿cómo respondemos?
Y en esto debemos ponernos todos de acuerdo, porque no hay ningún discurso que justifique la violencia sin sentido. (Aplausos). No hay palabras que justifiquen el asesinato de inocentes. No hay ningún vídeo que justifique el ataque a una embajada. No hay ninguna calumnia que sirva de excusa para que la gente queme un restaurante en el Líbano o destruya una escuela en Túnez o cause la muerte y destrucción en Paquistán.
En este mundo moderno con tecnologías modernas, responder de semejante manera al discurso de odio faculta a cualquier persona que participe en dicho discurso a propagar el caos por el mundo. Si respondemos así, facultamos a los peores de nosotros.
Más ampliamente, los acontecimientos de las dos últimas semanas también revelan la necesidad que todos tenemos de abordar sin tapujos las tensiones entre Occidente y el mundo árabe que se dirige hacia la democracia.
Pero que quede claro: Así como no podemos resolver todos los problemas del mundo, Estados Unidos no desea dictar el resultado de las transiciones democráticas en el extranjero, ni lo ha hecho. No esperamos que otros países estén de acuerdo con nosotros en todos los temas, ni tampoco asumimos que la violencia de las últimas semanas o los discursos llenos de odio de algunos individuos representen las opiniones de la abrumadora mayoría de los musulmanes, de la misma manera en que las opiniones de la gente que realizó este vídeo no representan las de los estadounidenses. Sin embargo, sí que estoy convencido de que es obligación de todos los líderes, en todos los países, hablar alto y claro contra la violencia y el extremismo. (Aplausos.)
Es momento de marginar a quienes, aun cuando no recurran directamente a la violencia, utilizan el odio contra Estados Unidos, o contra Occidente, o contra Israel, como principio rector fundamental de la política. Puesto que eso solamente encubre, y a veces sirve de excusa, para quienes recurren a la violencia.
Esa clase de política, que enfrenta a Oriente contra Occidente, Sur contra Norte, musulmanes contra cristianos e hindúes contra judíos, no puede cumplir con las promesas de la libertad. A la juventud solo le ofrece falsas esperanzas. Quemar una bandera de Estados Unidos no sirve de nada para educar a un niño. Destrozar un restaurante no llena los estómagos vacíos. Atacar una embajada no va a crear ni un solo puesto de trabajo. Esa clase de política solamente dificulta lograr que lo debemos hacer juntos: educar a nuestros hijos y crear las oportunidades que se merecen; proteger los derechos humanos y ampliar las promesas de la democracia.
Sepan que Estados Unidos nunca se retirará del mundo. Llevaremos ante la justicia a aquellos que hagan daño a nuestros ciudadanos y a nuestros amigos, y apoyaremos a nuestros aliados. Estamos dispuestos a colaborar con países para profundizar los lazos del comercio y la inversión, la ciencia y la tecnología, la energía y el desarrollo, todos los esfuerzos que puedan impulsar el crecimiento económico para todos nuestros pueblos y estabilizar los cambios democráticos.
Sin embargo, semejantes esfuerzos dependen de un espíritu de interés y respeto mutuos. Ningún gobierno o empresa, ninguna escuela u ONG tendrá confianza para trabajar en un país donde su gente corre peligro. Para que las alianzas sean eficaces, nuestros ciudadanos deben estar protegidos y nuestros esfuerzos ser bienvenidos.
Una política que se base nada más en la ira, que se base en dividir al mundo entre “nosotros” y “ellos” no solo hace retroceder la cooperación internacional, sino que en última instancia socava a aquellos que la toleran. Todos tenemos interés en plantarnos ante estas fuerzas.
Recordemos que los musulmanes son los que más han sufrido a manos del extremismo. El mismo día que nuestros civiles fueron muertos en Bengasi, un oficial de policía turco fue asesinado en Estambul tan solo días antes de su boda; más de diez yemeníes murieron en una explosión de coche bomba en Saná, y varios padres afganos lloraban la muerte de sus hijos que habían perecido solo días antes por un suicida que explotó una bomba en Kabul.
El impulso hacia la intolerancia y la violencia puede que inicialmente estuvieran dirigidos a Occidente, pero con el tiempo no podrá contenerse. Los mismos impulsos hacia el extremismo se emplean para justificar la guerra entre sunitas y chiítas, entre tribus y clanes. Eso lleva no a la fortaleza y la prosperidad, sino al caos. En menos de dos años, hemos visto en su mayoría manifestaciones pacíficas que han logrado más cambios en países de mayoría musulmana que en una década de violencia. Los extremistas entienden esto, y puesto que no tienen nada que ofrecer para mejorar la vida de la gente, la violencia es la única manera que tienen de continuar siendo relevantes. No construyen, solamente destruyen.
Es hora de dejar atrás el grito de la violencia y las políticas de la división. En muchísimos asuntos, afrontamos la opción de escoger entre la promesa del futuro o las prisiones del pasado. Y no podemos permitirnos elegir mal. Debemos aprovechar este momento. Estados Unidos está listo para trabajar con aquellos que estén dispuestos a acoger un futuro mejor.
El futuro no debe pertenecer a aquellos que tienen como objetivo a los cristianos coptos de Egipto, sino que deberían reclamarlo los que estaban en la plaza Tahrir cantando “musulmanes y cristianos somos uno”. El futuro no debe pertenecer a aquellos que acosan a las mujeres, sino que lo deben formar las muchachas que asisten a la escuela y aquellos que defienden un mundo en el que nuestras hijas pueden alcanzar sus sueños al igual que nuestros hijos. (Aplauso).
El futuro no debe pertenecer a aquellos pocos corruptos que roban los recursos de un país, sino que deben ganarlo los estudiantes y los empresarios, los trabajadores y dueños de negocios que pretenden lograr una mayor prosperidad para todos. Esos son los hombres y mujeres que Estados Unidos defiende, su visión es la que visión que nosotros apoyamos.
El futuro no debe pertenecer a aquellos que lanzan calumnias contra el profeta del Islam, pero para tener credibilidad aquellos que condenan tales calumnias también deben condenar el odio que vemos cuando las imágenes de Jesucristo son profanadas, o cuando se destruyen iglesias o se niega la existencia del Holocausto. (Aplausos).
Condenemos la incitación contra los musulmanes sufíes o los peregrinos chiítas. Es hora de prestar atención a las palabras de Gandhi: “La intolerancia es en sí misma una forma de violencia y un obstáculo al crecimiento de un espíritu verdaderamente democrático”. (Aplausos.) Juntos, debemos tratar de lograr un mundo en el que nos veamos fortalecidos por nuestras diferencias y no definidos por ellas. Esto es lo que Estados Unidos acoge y es la visión que apoyaremos.
Entre israelíes y palestinos, el futuro no debe pertenecer a aquellos que dan la espalda a las posibilidades de paz. Dejemos atrás a aquellos que disfrutan del conflicto, aquellos que rechazan el derecho de Israel a existir. El camino es duro, pero el destino está claro: un estado judío de Israel seguro y una Palestina independiente y próspera. (Aplausos). Con el conocimiento de que tal paz debe producirse por medio de un acuerdo entre las partes, Estados Unidos caminara en ese rumbo junto con todos aquellos que estén preparados para hacer ese trayecto.
En Siria, el futuro no debe pertenecer a un dictador que masacra a su pueblo. Si hay una causa en el mundo que exija que gritemos en protesta, en protesta pacífica, es que haya un régimen que torture niños y dispare cohetes contra edificios de apartamentos. Debemos continuar participando para asegurarnos que lo que empezó con los ciudadanos exigiendo sus derechos no termine en un ciclo de violencia sectaria.
Juntos debemos estar del lado de los sirios que creen en una visión diferente: una Siria unida y e inclusiva, donde los niños no tengan que temer a su propio gobierno y donde todos los sirios tengan voz en cómo se les gobierna, ya sean sunitas, alauitas, kurdos o cristianos. Esto es lo que Estados Unidos defiende. Ese es el resultado por el que trabajaremos, con sanciones y consecuencias para aquellos que emprendan persecuciones, y con asistencia y apoyo para aquellos que trabajan por este bien común. Puesto que creemos que los sirios que acogen esta visión tendrán la fortaleza y la legitimidad para ser líderes.
En Irán, vemos adonde lleva el camino de una ideología violenta y sin rendición de cuentas. El pueblo iraní tiene una distinguida y antigua historia, y muchos iraníes quieren disfrutar de la paz y la prosperidad junto con sus vecinos. Sin embargo, mientras restringe los derechos de su propio pueblo, el gobierno iraní continúa dando apoyo a un dictador en Damasco y apoyando grupos terroristas en el exterior. Una y otra vez, ha perdido la oportunidad de demostrar que su programa nuclear es pacífico y de cumplir con sus obligaciones con las Naciones Unidas.
Que quede claro: Estados Unidos quiere resolver este asunto por medio de la diplomacia, y consideramos que todavía hay tiempo y espacio para hacerlo, pero el tiempo no es ilimitado. Respetamos el derecho de los países a tener acceso a la energía nuclear para usos pacíficos, pero uno de los propósitos de las Naciones Unidas es velar por que ese poder nuclear se utilice para la paz. Pero no se equivoquen, un Irán con armas nucleares no es un desafío que pueda contenerse. Amenazaría la eliminación de Israel, la seguridad de los países del Golfo [Pérsico] y la estabilidad de la economía mundial. Plantea el riesgo de desencadenar una carrera armamentística nuclear en la región y deshacer el Tratado de No Proliferación. Por ese motivo, una coalición de países está pidiendo cuentas al gobierno iraní. Y por eso Estados Unidos hará lo que tenga que hacer para evitar que Irán obtenga un arma nuclear.
Sabemos, debido a experiencias dolorosas, que el camino hacia la seguridad y la prosperidad no está fuera de los límites del derecho internacional y el respeto a los derechos humanos. Esa es la razón por la que esta institución fue establecida a partir de los escombros del conflicto; esa es la razón por la que la libertad triunfó sobre la tiranía en la Guerra Fría; y esa también es la lección de las últimas dos décadas.
La Historia muestra que la paz y el progreso les llega a aquellos que toman las decisiones correctas. Países en todo el mundo han recorrido ese difícil camino. Europa, el campo de batalla más sangriento del siglo XX, está unida, libre y en paz. Desde Brasil a Sudáfrica, desde Turquía a Corea del Sur, desde la India hasta Indonesia, personas de distintas razas, religiones y tradiciones han levantado a millones de la pobreza, y al mismo tiempo han respetado los derechos de sus ciudadanos y cumplido sus responsabilidades como países.
Debido al progreso del que he sido testigo en mi propia existencia, al progreso que he observado durante casi cuatro años como presidente, sigo teniendo esperanza respecto al mundo en el que vivimos. La guerra en Iraq ha terminado y las tropas estadounidenses han regresado a casa. Hemos comenzado una transición en Afganistán y Estados Unidos y nuestros aliados concluiremos la guerra según lo programado en 2014. Al Qaeda está debilitada y ya no existe Osama bin Laden. Los países se han agrupado para almacenar bajo llave los materiales nucleares, y Estados Unidos y Rusia estamos reduciendo nuestros arsenales. Hemos visto que se han tomado decisiones difíciles, desde Naipyidó, pasando por El Cairo hasta Abiyán, para poner más poder en manos de los ciudadanos.
En tiempos de dificultades económicas, el mundo ha sumado fuerzas para extender la prosperidad. Por medio del G20, nos hemos asociado con países emergentes para mantener al mundo en la vía de la recuperación. Estados Unidos ha intentado lograr una agenda de desarrollo que impulse el crecimiento y elimine la dependencia, y hemos colaborado con dirigentes africanos para ayudarles a alimentar a sus países. Se han forjado nuevas alianzas para combatir la corrupción y fomentar la apertura y transparencia de los gobiernos, y se han realizado nuevos compromisos por medio de la Alianza para un Futuro Igualitario para asegurar que las mujeres y las niñas puedan participar plenamente en la política y de las oportunidades. Más tarde hoy hablaré de nuestros esfuerzos para combatir la lacra de la trata de personas.
Todas estas cosas me infunden esperanza, pero lo que más esperanza me ofrece no son nuestras acciones, ni las acciones de nuestros líderes, sino las personas que he visto. Los soldados estadounidenses que han arriesgado su vida y sacrificado sus miembros por un extraño que se encuentra al otro lado del mundo; los estudiantes en Yakarta o Seúl que están deseando utilizar sus conocimientos en beneficio de la humanidad; las caras en una plaza en Praga o en un parlamento en Ghana que observan cómo la democracia otorga voz a sus aspiraciones; los jóvenes de las favelas de Río y las escuelas de Mumbai cuyos ojos reflejan una promesa. Estos hombres, mujeres y niños, de todas las razas y todos los credos, me recuerdan que por cada grupo de exaltados que aparece en la televisión hay miles de millones en el mundo que comparten esperanzas y sueños similares; y estos nos dicen que la humanidad tiene un corazón y un latido comunes.
Así que nuestro mundo presta mucha atención a lo que nos divide, eso es lo que vemos en las noticias, es lo que consume nuestros debates políticos, pero cuando uno lo desgrana hasta el final, la gente en todas partes lo que quiere es la libertad para determinar su destino, la dignidad que emana del trabajo, el consuelo que acompaña a la fe, y la justicia que existe cuando los gobiernos sirven a sus pueblos, y no al contrario.
Los Estados Unidos de América siempre defenderán estas aspiraciones, para nuestro propio pueblo y para los pueblos de todo el mundo. Ese fue el propósito de nuestra fundación. Eso es lo que muestra nuestra historia. Es aquello por lo que durante toda su vida trabajó Chris Stevens.
Les prometo una cosa: Mucho después de que los asesinos comparezcan ante la justicia, el legado de Chris Stevens permanecerá en las vidas de aquellos a los que marcó, en las decenas de miles que marcharon contra la violencia en las calles de Bengasi, en los libios que cambiaron su foto de Facebook por una de Chris; en los carteles que simplemente decían: “Chris Stevens era amigo de todos los libios”.
Ellos deben infundirnos esperanza, nos deben recordar que mientras trabajemos por ello, se hará justicia, que la historia está de nuestro lado, y que no habrá marcha atrás en la creciente oleada de libertad.
Muchísimas gracias.

Discurso del presidente de Cuba, Raúl Castro, en la ONU

26 de septiembre de 2015, 11:56Nueva York, 26 sep (PL) Prensa Latina transmite el discurso del presidente de Cuba, Raúl Castro, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas dedicada a la aprobación de la agenda para el desarrollo después del 2015.
Estimados jefes y jefas de Estado y de Gobierno:
Distinguidos jefes y jefas de delegaciones:
Señor Secretario General de las Naciones Unidas:
Señor Presidente:
La inestabilidad en numerosas regiones tiene sus raíces en la situación de subdesarrollo en que viven dos tercios de la población mundial.
Los avances, quince años después de adoptados los Objetivos de Desarrollo del Milenio, son insuficientes y desigualmente distribuidos. Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas. La brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de la riqueza se incrementan.
Constatamos que estamos aún muy lejos de contar con una verdadera asociación mundial para el desarrollo.
No menos de 2 mil 700 millones de personas en el mundo viven en la pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en las regiones en desarrollo es 14 veces más alta que en aquellos.
En medio de la actual crisis económica y financiera, los acaudalados y las compañías transnacionales se hacen cada vez más ricos, y aumentan dramáticamente los pobres, los desempleados y las personas sin casa debido a crueles políticas llamadas “de austeridad”. Oleadas de inmigrantes desesperados arriban a Europa huyendo de la miseria y de los conflictos que otros desataron.
Los medios para implementar la Agenda, sin compromisos medibles ni calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo sostenible.
Si queremos un mundo habitable, de paz y concordia entre las naciones, de democracia, justicia social, dignidad y respeto a los derechos humanos de todos, tendríamos que adoptar cuanto antes compromisos tangibles en materia de ayuda al desarrollo y solucionar el problema de la deuda ya pagada varias veces. Habría que construir otra arquitectura financiera internacional, eliminar el monopolio tecnológico y del conocimiento, y cambiar el orden económico internacional vigente.
Los países industrializados debieran aceptar su deuda histórica y ejercer el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. No puede esgrimirse como pretexto la falta de recursos cuando se invierten 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera.
Sr. Presidente:
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, la apertura de embajadas y los cambios que el presidente Barack Obama ha declarado en la política hacia nuestro país constituyen un importante avance, que ha concitado el más amplio apoyo de la comunidad internacional.
Sin embargo, persiste el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías estadounidenses. Esta política es rechazada por 188 Estados miembros de las Naciones Unidas que demandan ponerle fin.
Pese a todo, Cuba cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio y brindó su cooperación a otros países en desarrollo en varios sectores, lo que continuaremos haciendo en la medida de nuestras modestas posibilidades.
No renunciaremos jamás a la dignidad, la solidaridad humana y a la justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista.
Muchas gracias

Orteguismo liquidó su propia constitución



Leonor Álvarez


Carlos Núñez Téllez es conmemorado esta semana en la Asamblea Nacional como el “Padre de la Constitución Política”, aprobada en 1987, recordándolo como un político que se caracterizó por escuchar tanto a sus partidarios sandinistas como a sus contrarios en el legislativo. El partido sandinista, hoy en control total del Poder Legislativo, igual que hace 30 años, presentó en los actos de conmemoración a un Carlos Núñez respetuoso de la pluralidad de partidos; que negociaba hasta encontrar el consenso en la discusión y aprobación de las leyes. Núñez Téllez fue uno de los nueve comandantes que gobernaron el país en los ochenta después del derrocamiento de la dictadura somocista en 1979. A él le correspondió dirigir el poder legislativo, creándose bajo su presidencia la Carta Magna “más consultada y consensuada”, según cuenta el exdiputado Luis Sánchez Sancho, recordando los cabildos en barrios y municipios a nivel nacional. Mauricio Díaz, exdiputado del Partido Popular Social Cristiano y miembro de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional cuando la presidía Núñez, opina que, a pesar de que la Constitución se hizo bajo el fragor de la guerra de los ochenta, “recogió una serie de valores y principios democráticos”. Para Díaz hay muy poco que celebrar treinta años después de la aprobación de la Constitución de 1987, porque considera que “el esfuerzo del comandante Núñez ha venido siendo liquidado”. “A diferencia de ahora, que la Asamblea Nacional está servilmente subordinada al ejecutivo y personalmente a Daniel Ortega; en la época de los años ochenta la Asamblea Nacional tenía autonomía y era independiente en tanto que Carlos Núñez tenía la facultad de mandar en ese campo”, manifiesta Sánchez, quien en ese tiempo representaba ante la Asamblea al Partido Socialista Nicaragüense. Díaz también destacó que a pesar del poder que tenía Núñez en esa época, “no quiso imponer una voluntad absoluta, más bien logramos dejar en esa Constitución una serie de principios típicos de la democracia que ahora se han perdido con las reformas”. “(Núñez Téllez) jamás perdió de vista que la voluntad del pueblo nicaragüense era tener un sistema de democracia representativa, participativa, con elecciones periódicas, con alternabilidad en el poder”, expresó Díaz. Sánchez Sancho recuerda a Núñez Téllez como un hombre que escuchaba mucho. “El estilo que tenía era de oír, no necesariamente para hacer lo que le decían que hiciera, sino para enriquecer su pensamiento antes de tomar decisiones”. Desde la Constitución de 1987, la Carta Magna nicaragüense ha sido reformada en 11 ocasiones, entre las últimas está la reforma que permite la reelección indefinida. ERA PROLETARIADO Carlos Núñez Téllez era de tendencia proletaria. Nació en León y murió de cáncer en Cuba el 2 de octubre de 1990. Era hermano del actual presidente del parlamento, René Núñez Téllez (de baja médica por enfermedad) y fue presidente de la Asamblea de 1985 a 1988.

María Auxiliadora Acosta y Marisol Morales Reyes —quienes aún trabajan en el parlamento—, eran las únicas asesoras legislativas para las 12 comisiones de la Asamblea y lo recuerdan como un hombre preocupado por los trabajadores, siendo “uno de sus sueños que algún día la Asamblea Nacional pudiera tener una CDI (Centro de Desarrollo Infantil) para los hijos de los trabajadores. Luis Sánchez Sancho reconoce que Núñez era hombre de consenso, pero aclara que en algunas leyes, cuando no afectaba los principios de la revolución, pero “si él consideraba que algo no se correspondía con el criterio ideológico del partido, no lo aceptaba”.

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